Un encuentro con tu propia voz – Registros Akáshicos
Convocar a los guías que aguardianan los registros de las almas es impregnarse de energía más elevada, es desbloquear traumas a través de sensaciones o de palabras, es iluminar el camino que se avecina, lo que nos hace sentir que todo está en calma. Nos inunda la claridad sobre asuntos que percibimos llenos de trabas y, en definitiva, la única razón de nuestra alma es amar.
Amar y evolucionar al ir topándonos con todo eso que creemos que nos hace equivocar pero es la experiencia necesaria que se presenta para que aprendamos a atravesarla. Conectar con la esencia nos da fuerza y nos hace dar cuenta que todo lo que somos no tiene que ver con el afuera sino que nos muestra que el cambio preciso para resolver todo lo que se quiera convive en el interior que resguarda esa puerta que nos dá ingreso a la respiración con una visión nueva y, como es adentro es afuera, comienza a ser inevitable no empezar a vivenciar lo que se desea.
¿Quiénes son los maestros y guías?
Los maestros o guías son seres que habitan en otro plano, se trata de energías en una vibración menos densa que los mantiene elevados. Es difícil comprender esto para el cerebro humano que suele basarse en datos concretos, que los ojos puedan ver o las manos tocar pero así como tampoco vemos la radiación que emite un teléfono celular o el trazo directo de vibración que cambia desde el control remoto el canal, tampoco podemos observar tantas cosas más que están conviviendo alrededor nuestro. Se trata de experimentar, dejarse permear, conectar con el cuerpo y sentir la electricidad que modifica el movimiento de nuestro mundo sensorial. Se trata de los Kumaras, los Pleyadianos e incluso de seres familiares con los que compartimos y que físicamente ya no están. Pueden ser también almas con las que mantuvimos experiencias en vidas pasadas o ángeles celestiales que nos quieren acompañar.
¿Te preguntarás cómo se da dicha conexión?
En primer lugar, te acerca la curiosidad por conocer un poco más sobre esta modalidad de conversar con tu esencia, no es casualidad que te llegue la información y resuenes con ella. Si sucede, luego te interpelas y anotas las preguntas que te aparezcan. Tras una oración de conexión me inundo de vos y empieza a caer como lluvia de estrellas la información, donde te entrego tus propias palabras con mi voz.
De tanto condicionamiento exterior ya no nos vemos y resulta que estamos viviendo vidas de otros, puliendo quehaceres ajenos, que nos impusieron y los moldearon para que los tomemos como si fueran nuestros propios deseos. Llevamos conductas que no nos pertenecen, nos hicimos eco de lo que se supone que debíamos ser al ir creciendo y así nos vamos perdiendo de nuestras propias corazonadas, de las verdades más atesoradas que habitan dentro nuestro como una llama que se repliega por el torbellino que arrasa pero que no se apaga porque es lo que nacimos siendo. Simplemente hay que darle aire, dejarla expandirse, hacerla crecer como fuego que cruje, que abriga, que estalla por dentro para apasionarnos de intentos nuevos que tengan que ver con lo nuestro, con lo genuino que tiene como carozo cada cuerpo. Porque no hay nadie igual a nadie y ahora sabemos que de nada sirve seguir compitiendo porque podremos parecernos, pero al único que verdaderamente puedo desafiar de igual a igual es al latido que llevo conmigo y hacerlo vibrar para que se apasionen todos mis sentidos.
¿Qué se puede preguntar?
Al abrir este portal conectas con tu interior, toda pregunta que habite en vos sobre vos, es la correcta. Date el permiso de interpretar que es lo que necesitas saber hoy. Metas, vínculos, vidas pasadas, pasiones, aprendizajes, situaciones, todo lo que te ocurre por fuera te está mostrando algo que ocurre adentro, todo enseña y no siempre sabemos ver la raíz del por qué de todo lo que nos enfrenta. Podes preguntar todo aquello que te cuestiones a vos y por lo que no encuentres respuesta, o incluso, para confirmar una intuición que dudas que sea certera, Algunos ejemplos:
¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Para qué estoy en esta vida? ¿Por qué no puedo generar suficiente dinero? ¿Por qué me cuesta tanto concretar una relación de amor? ¿Qué tengo que aprender de determinada relación? ¿Cómo puedo hacer para descubrir qué es lo que verdaderamente me apasiona? ¿Hay algún hecho de mi vida pasada que esté interfiriendo en esta? ¿Qué debo sanar? ¿Cómo puedo ayudar a determinada persona? ¿Cuál es el propósito de mi alma?, etc. No recomiendo hacer preguntas a futuro, porque todo lo que sucederá dependerá, en gran medida, de tu propio accionar.
Cuando se produce el encuentro tu nombre tal cual figura en el documento es el portal para vincularnos con el tomo de la enciclopedia astral que lleva registradas las vivencias de tu alma. Y allí es donde se produce la magia. Si no queres preguntar nada también se puede dejar al azar y los maestros bajarán la información que tengas que recibir en ese preciso momento. Siempre van a hacerlo en función de tu presente, despertando tu potencial sobre todo lo que podes accionar en tu mundo actual.
También se pueden abrir los registros akáshicos de una casa, local, edificio y cualquier tipo de construcción, incluso un monumento o un tambor. No olvidemos que todo es energía y para ser materializada, primero tuvo que ser pensada: ¿Con qué intención se construyó esta casa? ¿Qué energías han pasado por este local? ¿Con qué sensaciones fue creado este instrumento?,etc… Incluso pueden realizarse a animales, en este caso se les pide permiso, al igual que sucede con los bebés, porque no se pueden acceder a los registros de un ser sin su consentimiento. Sabremos si su energía está disponible para la canalización si su reacción es positiva, de acercamiento, cariñosa o risueña. Si no nos dan permiso, lo reconoceremos frente a su gestualidad de desagrado, alejándose, llorando o simplemente no demostrando ninguna reacción al respecto. Las energías de cada ser son extremadamente sagradas y hay que tomar esta práctica con mucho respeto, tanto quienes canalizamos como quienes solicitan la acción de introducirnos en su campo de información álmica.
Mi experiencia…
Mi primer acercamiento con los registros akáshicos fue en mi propia apertura y quedé tan maravillada por lo mágico que fue ese momento que en menos de un mes tomé el curso para iniciarme. Esa tarde la recuerdo dorada, había un sol espléndido de invierno que me daba un abrazo tierno. Una hora y media de viaje hasta la casa de Manuela, una terapeuta que atiende en el barrio de Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires. El lugar era blanco y tenía un enorme ventanal por el que entraba un árbol. Mi cuerpo temblaba. No tenía miedo, quizás un poco de nervios, pero se sentía como un escalofrío extraño, dulce, expectante. Ella me dio un vaso de agua y me acomodé en su confortable sillón también blanco, como si estuviera en mi casa; leyó la oración, mi vibración se modificaba, comenzaron las preguntas y ella me hablaba como si conociera lo que yo cada día pensaba, era mi realidad interna, dictada con sus palabras. Yo asentía, me reía, le daba la razón y era como si me hubiera descubierto en el escondite en el que de mí misma me estaba escondiendo. Todo lo que no sabía dónde estaba, ya lo tenía dentro, haciéndome ver cómo yo no me creía la realidad que ya era mía. Pregunté por dos vínculos y al acercarse a sus energías su cuerpo se iba tiñendo de cualidades de ellos y me mostró también lo que, quizás, ni ellos están viendo de sus propios mecanismos para transitar sus caminos; quedé inmóvil, mis ojos brillaban, los sentía humedecidos. Cuando me fui, la sensación del día era distinta, ya no se sentía invierno, por dentro había otro clima, un sinfín de posibilidades se desprendían y la paz de ese momento es la que busco cada día.
A partir de ahí, me cambió la vida; incorporé información, todo el entorno cambió, visualmente la magia apareció y la naturaleza destiló más sabiduría. Ahora conecto con mis guías, cada vez que los necesito, ellos están allí, transmitiendome las frases que mi mente necesita. Siempre me invaden con su amor, la ternura es su manera de expresar lo que observan, lo que como consejo me brindan para que pueda avanzar de manera más genuina, dándome los atajos que mi evolución necesita. Ahora, me siento mucho más contenida, más despierta, menos vacía; me encontré conmigo, me llené de mí y aprendí que confiando no hay temor que pueda detener mi osadía. Este mágico proceso me llevó a descubrir todo lo que mi mente me mentía y me dejé llevar por el mundo de la incertidumbre y la posibilidad infinita.
Reflexión
Ya no hay forma de cerrar los ojos, el nuevo mundo que estamos viendo parece una cosa de locos pero lo más real y concreto, dentro de lo abstracto de lo etéreo, que podemos estar viviendo es lo que habita en nuestro adentro: tu respiración, la percepción de tu cuerpo y el poder infinito que habita en vos, en tu propio tablero de ensueño.
Esta práctica invita a que dejemos de escondernos de nuestra propia mirada, de nuestra voz, de nuestros sueños, y que podamos decir: ahora que me veo, ya no hace falta salir corriendo porque el apuro sólo es del ego. Tu ser interno ya sabe y quiere contarte que todo lo que necesitas ya lo llevas puesto, sin vestimenta, sin amuletos, sin valores agregados, sin necesidad de espejos que reflejen la carencia que sólo se llena con la conciencia de que tu adentro ya está completo.
Autora: Melina Di Sanzo
Karina Echeverri
05/07/2020 a 10:34Dictan cursos de registros akashicos
Melina Di Sanzo
09/07/2020 a 19:09Aún no hago iniciaciones pero te paso el contacto de mi maestra para que puedas consultar por el taller: https://instagram.com/registros_akasha_?igshid=11yt8ib8g42js
Saludos!
Melimé